lunes, 3 de mayo de 2010

Correr tras el viento (Fábula)

...
... —Dejaste que se fuera —creyó oír que le decía una voz a su espalda.
... René se giró bruscamente sobre sí mismo; las hojas del temprano otoño ya cubrían el camino que lo condujera al lugar exacto que había venido buscando, desierto a aquellas horas y acaso a cualquier otra. Fue al dejarse caer en un banco próximo, rendido al desánimo, vencido, cuando reparó en la estatua que, ignorando al mundo, permanecía absorta por toda la eternidad en su inmenso silencio, soledad y dolor. El, orgulloso de mantener los pies firmemente arraigados en la tierra, inmune a cualquier clase de ensoñación, miró a la estatua buscando comprensión, tal vez hasta indulgencia.
... —Has malgastado tu vida persiguiendo una fantasía. La has desperdiciado viviendo una ilusión… —oyó que le recriminaba la estatua—. Y las has perdido a las dos, a Mercedes, la mujer que te amó más que a sí misma y a aquella que elegiste amar y nunca te correspondió.
... —¡Pensé que Marina era mi verdadero amor…! —dijo René con sincero convencimiento.
... —Tu vida ha sido un continuo correr tras el viento —sentenció la estatua; y luego añadió:— La arena resbala de entre los dedos, el viento se enreda y entretiene en los cabellos, pero en ellos nunca permanece… Para cada pleamar existe una bajamar, junto a la luz convive la oscuridad… Sin embargo, se va el tiempo para jamás regresar y lo que de él depende, se pierde y también se va.
... —Mercedes no volverá… —asintió René, postrado ahora de rodillas junto a la sepultura de quien tanto lo amara sin reclamos ni imposiciones. Tomando conciencia por primera vez de su equivocada decisión, volvió los ojos a la estatua e inquirió:— ¿Por qué se nos permite correr tras el viento? ¿Por qué nadie nos advierte…?
... —¡Advertir…! —murmuró la estatua con amarga sonrisa—. A un niño se le consiente porque a él pertenece la facultad de soñar. Luego, ya adulto, debe descubrir el momento de parar, debe comprender que el viento viene y se va, a su capricho o voluntad. Correr tras el viento es perseguir un imposible y, desear apresarlo…, ¡simple vanidad!

10 comentarios:

RebecaTz dijo...

Precioso, Wara. ¿Cuántas veces buscamos el amor o la amistad donde simplemente no los hay? Y, en cambio, tenemos todo eso frente a nosotros, sin verlo...

¡Me encantó!

Besos.

tests dijo...

Es una fábula muy bonita aunque lleve impresa cierta tristeza, la que sufrimos al hacernos adultos. Sin embargo, personalmente pienso que perseguir algunos sueños es parte del niño que todos llevamos dentro y que nos mantiene despierta la esperanza y la ilusión. Esa parte de nuestra personalidad es la que nos mantiene jóvenes y vivos por muchos años que se cumplan y por muchas experiencias que vivamos. Creo también que, dentro de unos límites, no podemos juzgarnos por correr tras el viento de cuando en cuando. Sería como juzgar a un niño por jugar y jugar es aprender, es diversión, es librarse de la tensión, es abrir nuestra mente a la creación, es vivir.

Me gusta lo que escribes Wara. Mantiene tu mente despierta y te hace correr tras el viento. Permite jugar a la niña que hay dentro de tí y te hace crecer como persona.

Un abrazo con cariño.
Besines,
Maverick

Malena dijo...

Mi querida Wara: ¡Qué difícil es a veces la vida y que ciegos que estamos!Si se nos dejará volver hacia atrás para corregir nuestros errores...

Es un precioso escrito y una gran lección.

Mil besos y mil rosas.

Wara dijo...

Pienso que no se trata simplemente de renunciar; podemos correr tras el viento en tanto no nos haga daño. Pero uno debe tomar conciencia de cuando el sueño es sólo sueño sin posibilidad de materializarse, sobre todo cuando podemos pasarnos la vida idealizando a alguien o imaginando cómo sería haber ganado la lotería, por ejemplo, y no darnos cuenta del valor de las personas que tenemos al lado, o de la riqueza (ya no sólo material) que nos han aportado. Y si no darse cuenta es tremendo, cuanto más lo es comprenderlo demasiado tarde…

Acabo de leer hace un rato en “El alquimista impaciente” un párrafo que copio: “Por algún motivo perverso, eso (lo que nunca se llega a poseer y que tanto hemos deseado) es lo que termina añorándose, más de lo que de verdad se tuvo”.

Besos a los tres, gracias.

Ricardo Miñana dijo...

Buen texto un placer leerte.
feliz semana.

Wara dijo...

Muchas gracias, Ricardo. Feliz semana también para ti.

AdR dijo...

Yo espero no dejar de ser niño, nunca.

Besos.

Wara dijo...

Yo he conocido a algún niño obsesionado con ser mayor; a veces me dan ganas de preguntarles si son conscientes de lo que se han perdido. A mí no me desagrada ni me molesta la niña que llevo dentro, lástima no poder dejarla salir con más frecuencia.

Besos, Angel.

Dejame que te cuente dijo...

cuanta verdad encierra el fragmento final...
no la conocia...gracias por mostrarmela wara...
un abrazo...¡¡¡

Wara dijo...

Fire, esta historia es de mi cosecha, y hasta creo que me he excedido con la pretensión de llamarla fábula. Pero ocurrió que en algún momento alguien sugirió escribir una fábula como ejercicio, yo tenía la frase del título ahí, sacada de algún libro (me parece que de la Biblia), y el resultado fue este.

Besos, feliz semana.