lunes, 27 de julio de 2009

Once

Cada mañana
te miro al despertar;
pero no estás.
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sábado, 25 de julio de 2009

jueves, 23 de julio de 2009

Libertad no conozco...

Libertad no conozco sino la libertad
de estar preso en alguien…
- Luis Cernuda -

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Trascendió que ella era esclava, amo él. Cuando se conoció su íntimo secreto, esta verdad que bien podría ser cualquier otra —de él, que tanto precisaba de sus cuidados; de ella, cuya vida parecía no pertenecerle sino a él—, cuando todos hablaban sobre ello, juzgándoles cual si tuvieran el derecho, acosándolos cual si fuera ésta su obligación, pese a los largos años de felicidad y desdichas compartidas, le rogó:
—Anda, vete…
Ella sólo preguntó:
—¿Sabe mi amo que si me marcho acaso nunca regrese?
Y él asintió, en silencio, tristemente.
Entonces ella atravesó la puerta de la casa y salió a la calle, las manos vacías, el corazón rebosante; le dijeron que era libre, y muchos se congratularon por haberla liberado, por darle poder de decisión y determinación a sus actos.
Anduvo unos pocos pasos y desanduvo luego las huellas de sus pies descalzos. Volvió a la casa familiar, llamó a la puerta.
—Id y decidle a mi amado que he regresado —pidió cuando le abrieron—, id y decidle que vuelvo igual que marché, libremente enamorada.

Peter Ilsted - "The open door"

lunes, 20 de julio de 2009

Diez

wehemencia:
¡Lo quiero, sí, señor,
sin él, muero!
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miércoles, 15 de julio de 2009

Que llueva

—Pero, a ver, ¿todavía no has sacudido el mantel? —urgió la anciana a la niña encaramada a la ventana más alta de la casa.
—¡Las flores se caerán! —protestó la niña con el mantel hecho un lío entre sus brazos apretados contra el pecho.
—Oh, cariño… ¡si de eso se trata precisamente!
La anciana tiró suavemente de una esquina del mantel, que se abrió sin resistencia, y lo echó a volar a través de la ventana. Flores, pétalos, espigas, hojas y semillas, bella y pulcramente bordadas en aquella tela más delicada que la más preciada seda de Oriente comenzaron a desprenderse, se deslizaron libremente hasta alcanzar y cubrir las calles de la ciudad como fina lluvia de oro, de plata, de flores de todos los colores, a modo de alfombra preciosa.
—Vete al parque a jugar mientras llueve —dijo la anciana a la niña rozando suavemente sus mejillas con la punta de los dedos—. Cuando regreses te enseñaré a tejer flores, a sentirlas tuyas, parte de tu ser… Y te enseñaré luego cómo sentir la magia de desprenderte de ellas, de ofrecerlas entregándote a ti misma a quien atraviese la eternidad de la desesperanza, del dolor sin medida, la imprecisa tristeza o la íntima soledad… Pero te mostraré también la magia más benigna, más grata y benevolente, la de acompañar a alguien en ese fugaz instante que uno siente como de mayor dicha y felicidad…
—¡Abuela…!
—Schhh… será nuestro secreto —la interrumpió—. ¡Ahora vete a jugar!

lunes, 13 de julio de 2009

Nueve

¡Rosebud!, dijo,
clamando recuerdos
sin memoria.
...

domingo, 12 de julio de 2009

Esperando para decir adiós

...
Me miras dormir, pero no soñar,
hablar, pero no pensar,
andar, pero sin nunca echar a volar.
...
Acaso piensas que sigo aquí,
que tengo miedo y no sé a dónde ir,
cuando en realidad hace tiempo que me fui.


lunes, 6 de julio de 2009

Ocho

Resignación:
trocar la esperanza
por rendición.


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Imagen:
Edith Lozano - "Resignación", 2009

domingo, 5 de julio de 2009

Percepciones

—Nunca me miras.
—¡Qué cosas dices! Claro que te miro.
—Pues entonces no me ves.
—A ver, ¿cuál es el problema? ¿Un vestido nuevo que no he elogiado? ¿Un regalo que no hice, una fecha que olvidé…? ¿Acaso has engordado o quizá, mejor, has adelgazado… y también lo pasé por alto?
—El problema es que no miras pasar por mí los años… ni ves tampoco que envejezco y estoy cada día más cansada...

jueves, 2 de julio de 2009

Cuestión de confianza


—Ven, ¡no pasará nada!
—¡Me han engañado tantas veces!
—Yo, nunca.
—Pero otros, sí.
—¿Entonces?
—Lo siento…
—Yo también.