jueves, 23 de julio de 2009

Libertad no conozco...

Libertad no conozco sino la libertad
de estar preso en alguien…
- Luis Cernuda -

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Trascendió que ella era esclava, amo él. Cuando se conoció su íntimo secreto, esta verdad que bien podría ser cualquier otra —de él, que tanto precisaba de sus cuidados; de ella, cuya vida parecía no pertenecerle sino a él—, cuando todos hablaban sobre ello, juzgándoles cual si tuvieran el derecho, acosándolos cual si fuera ésta su obligación, pese a los largos años de felicidad y desdichas compartidas, le rogó:
—Anda, vete…
Ella sólo preguntó:
—¿Sabe mi amo que si me marcho acaso nunca regrese?
Y él asintió, en silencio, tristemente.
Entonces ella atravesó la puerta de la casa y salió a la calle, las manos vacías, el corazón rebosante; le dijeron que era libre, y muchos se congratularon por haberla liberado, por darle poder de decisión y determinación a sus actos.
Anduvo unos pocos pasos y desanduvo luego las huellas de sus pies descalzos. Volvió a la casa familiar, llamó a la puerta.
—Id y decidle a mi amado que he regresado —pidió cuando le abrieron—, id y decidle que vuelvo igual que marché, libremente enamorada.

Peter Ilsted - "The open door"

2 comentarios:

Carmen Neke dijo...

Qué manía tiene la gente de irle a arreglar la vida a quien no necesita que nadie se la arregle.

Wara dijo...

¿Verdad que sí? Con lo bonito que sería que cada uno mirara desde el portal hacia dentro de su propia casa sin pretender imponerse al vecino...