viernes, 8 de mayo de 2009

Algo distinto

… donde mis ojos, estos ojos,
se despiertan en otros.
Luis Cernuda


Regresó de su última misión con un extraño objeto oculto bajo el brazo, algo que confesó haber requisado y que, sin embargo, no había entregado cuando debió haberlo hecho. Sin saber por qué, decidió conservarlo. Le explicó que el objeto habría pasado desapercibido, no le habría intrigado ni prestado atención, si no fuera por el miedo reflejado en los ojos de su anciano propietario, su ansia y desesperación por protegerlo y ocultarlo. Ella le preguntó qué era aquel objeto, cuál su valor o importancia. El lo ignoraba pero, le dijo, es un tesoro, sin duda, quien lo guardaba lloró al arrancárselo. Sus lágrimas eran reales, sinceras y amargas.
—Esta noche quisiera intentar algo distinto —anunció unos días más tarde, cuando por fin consiguieron cuadrar sus respectivas jornadas de descanso.
—¿Sí? —pide ella, risueña, cómplice y predispuesta, fingiendo no haber visto cómo oculta bajo la almohada el extraño objeto del que él ya nunca se separa.
—Sí –confirma él y le devuelve la sonrisa. Busca su mirada y cuando se descubre en ella reflejado comienza a susurrarle al oído, despacio, una especie de letanía que a la vez estimula y adormece los sentidos de ambos, réplicas físicamente exactas, perfectamente diseñadas.
Ella se rinde en sus brazos, es muy tarde y amanece; mientras, él continúa su cántico. Al despertar por la mañana, es ella quien lo mece a él, dormido, exhausto, confiado en la seguridad de su abrazo. Las palabras acuden a sus ojos, asoman en sus labios; con facilidad, libres como un río, ahora es ella quien las canta...
—Gracias —susurra finalmente, despertándolo—. El sueño ha sido increíble.
—Eso a lo que tú llamas sueño… es magia, palabras, ritmo. El viejo a quien se la arranqué, lo llamó de dos formas distintas: libro, primero y, después… poesía.
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4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Es así! El libro, lo que hay dentro (a veces): magia, sentidos dormidos pero despiertos, cansancio de volvar, sueños. Es así...

Un beso.

Wara dijo...

No sé por qué tenemos miedo a que en un futuro el libro desaparezca o, en el peor de los casos, sea un objeto raro, ignorado... o prohibido. Quizá por todo el poder que encierra. No sé. Pero ojalá siempre exista alguien capaz de descubrir sus maravillas.
Besos, Fusa,

Druida de noche dijo...

Me encantó mujer del solsticio de invierno (cuando la tierra gira su boca hacia la noche y el frio). Y me hizo acordar a Farenheit 450. Excelente novela.

En un libro cabe el tiempo entero de los hombres, porque el lenguaje es el extenso sistema de simbolos en lo que vivimos, y ese sistema es infinito.

Wara dijo...

Farenheit... sí, maravilloso proyecto del hombre libro. No pensaba en ello al escribir esta hisroia, pero sin duda ha influido, cómo no.

Buenas noches, Druida, muchisismas gracias por tus preciosas palabras a la mujer del solsticio. Un abrazo.