jueves, 8 de abril de 2010

El fracasado

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... Esta vez se proponía ignorar la evidencia de ser un fracasado, de estar ahí, cada día un poco más viejo y cansado… Y es que hacía tanto tiempo que no tenía un triunfo tan fácil y seguro entre las manos que aunque al anciano le regodeaba especialmente la indecisión de este muchacho, a quien la inesperada oferta había dividido interiormente, al fin hubo de apremiarle; de lo contrario perdería la ocasión de completar el número de almas a las que cada día debía atormentar, almas que perdiéndose al rendirse a su juego restarían años al anciano en vez de sumárselos, almas a la deriva que le suponían un progresivo retorno a una juventud lejana.

... —¡Una muerte por una vida, este es el trato! —exclamó con énfasis—. ¿Estás dispuesto? ¿Te sientes capaz de obsequiar a alguien con el don de la vida? Jajaja, claro que sí; lo que no te resulta tan sencillo es decidir a quién castigar arrebatándosela, ¿verdad?

... E iba el muchacho a responder… El triunfo estaba garantizado cuando el anciano se planteó de pronto el verdadero interés de su cometido. ¿Recuperar la juventud para qué, se dijo, cuando soy ya tan viejo y me siento exhausto? Vio claramente en los ojos del muchacho hacía dónde se inclinaba la balanza, pero vio también que no podría vivir con el peso de esta elección… y entonces, el anciano sonrió y se desvaneció en la nada, pensando en el mucho valor de arrastrar la fama de fracasado que se había ganado a lo largo de los años.
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4 comentarios:

Malena dijo...

Mi querida Wara: ES difícil elegir cuando lo que está en juego es la vida o la muerte. No estamos preparados para un juego con tanta responsabilidad. Quizá el anciano tomó conciencia de lo que estaba haciendo y decidió desaparecer para siempre.

Mil besos y mil rosas.

P.D/ Me acuerdo de tu madre. ¿Cómo está?

Wara dijo...

Hola, Malena, cuánto me alegra tenerte de vuelta.
Pienso que este anciano tomó finalmente conciencia del mal que hacía y no sé si desapareció o no para siempre, pero el hecho de tomar el toro por los cuernos como suele decirse y aceptar que a veces es mejor el fracaso dice mucho y bueno de él.

(Mi madre va reponiéndose con mucha lentitud, pero casi puedo asegurar que no conozco a nadie más animoso que ella. Yo aguardo el beneficio de la primavera y el verano. Gracias por tu interés).

Besos, Malena. Espero que hayas disfrutado de estos días de descanso.

RebecaTz dijo...

Cierto, Wara, al anciano le costó mucho llegar a esa conclusión, y al fin su espíritu pudo evolucionar.
¡Muy bueno!
Un abrazo para ti y mis mejores deseos para tu madre. :)

Wara dijo...

Gracias, Andrómeda. Otro abrazo.