jueves, 1 de octubre de 2009

Veo-veo

—Veo-veo.
—¿Qué ves?
—Veo-veo… una intensa luz que parece ir a posarse en las aguas de ese estanque…
—¿A alguien lo amenaza un peligro?
—No temas, no; al contrario. Hay días tan brillantes en los que una persona obtiene el privilegio de contemplar, libre de máscaras, su propia imagen.

6 comentarios:

D@n@ dijo...

-lindo Xd una mirada a tuo solsticio invernal ha sido interesante os visitare mas seguido bye

Malena dijo...

Pero son esos días en que te levantas con una gran paz interior y tienes el privilegio de reconocerte tal como eres.Te deseo esos días.

Mil besos, Wara.

Calle Quimera dijo...

Ufff... Contemplarse a sí mismo libre de máscaras... ¿Cuántos soportarían eso? La persona que protagoniza tu microcuento es, sin duda, afortunada..

Besos.

Wara dijo...

Dana, me alegro que te agrade el solsticio; por supuesto, me encantará tu visita. Gracias.

Malena, también yo te deseo días así, luminosos, en los que podamos mirarnos y en cierto modo reconocernos y querernos.

Besos.

Quimera, sí, quizás sea necesaria una gran fortaleza para contemplarse a uno mismo tal cual es. Pero sería bueno que todos pudiéramos hacerlo alguna vez para, como le decía a Malena, reconocernos en lo que vemos.

Besos.

Anónimo dijo...

Hay días en los que mirarse sin máscaras es un regalo. Otros, en cambio, es un castigo. Y me gusta ver en estas palabras breves y tuyas esa cara dulce de la moneda. Ese mirarse y quitarse la máscara y gustarse y volver durante el resto del día a mirarse para creérselo del todo.
Un abrazo, Wara querida.

Wara dijo...

En esta ocasión tenía una visión grata del mundo y la gente, Fusa. Hay que aprovechar los días así.

Besos.