miércoles, 14 de octubre de 2009

Reproche

—¿Has dejado de amarme? —reclamó ella de pronto, interrumpiendo la lectura del libro en que a él le había parecido enfrascada, la voz más que los ojos próximos al llanto—. Ya nunca me lo dices…
—¡Por supuesto que te amo! —se apresuró a responder él—. Aunque, seamos sinceros, quizás es verdad que te amo de otro modo, mejor sin duda alguna…
Y añadió, satisfecho:
—¡Pero si es obvio!
—¿Obvio? —inquirió ella—. ¿En qué es obvio? ¿En la forma en que esperas encontrar cada día la comida en la mesa, en tener la ropa planchada…? ¿En la forma en que te vas por la noche a la cama sin siquiera aguardarme o cuando apagas la luz y te duermes mientras yo compruebo el despertador que ha de ponerte en pie por la mañana? ¿En todo eso encuentras obvio que me amas?
—Yo sé que tú me amas —adujo él, confundido—. Lo leo cada día en tus gestos, tus atenciones, en tu mirada. Pensé que también yo sabía hablar sin emplear una palabra.
Apartó todo obstáculo que los alejaba, periódicos y revistas, libros, objetos diversos y gafas, la incomunicación acumulada, la rodeó con sus brazos mientras murmuraba en su oído palabras entre ellos ya casi olvidadas. Trastabilló en el momento de incorporarse, cuando ella, risueña, preguntó si era hora de irse a la cama. El respondió que sí, con una condición.
—Que antes bailemos un tango… —dijo.
Y enlazados sus cuerpos para el baile, al fin se entendieron nuevamente sin palabras.

Para Anjanuca,
que sé que le gusta el tango.
Y mis cuentos…


Virginia Palomeque - Tango

10 comentarios:

Malena dijo...

Mi querida Wara: ¿verdad que alguna vez todas decimos esa frase?Al menos yo sí que lo confieso y es que me gusta que me mimen y me hagan "cariñitos".

Me ha encantado tu relato.

Mil besos y mil rosas.

Wara dijo...

Es que además es la mejor forma para conseguir esos mimos; y no seguir callados un día y otro, envueltos en la rutina y dando por supuestas tantas cosas.

Gracias, Malena, besos.

Almudena dijo...

Gracias, gracias, gracias, gracias....

¡Jo! qué bonitoooooo.

Si señorita, ¡eso, es un tango! Juntos, callados, insinuantes.

Me has emocionado Wara.
Besucos.

Wara dijo...

Me alegro de que te guste, Anjanuca, porque la historia estaba parada en un tris de acabar de otra forma bien distinta... y de pronto la salvó un tango. Y de ahí a ti, pues nada, seguido, jaja.

Besos.

Carmen Neke dijo...

Pues como muy bien ha dicho Anjanuca: qué bonito!!! Y me alegro un montón de que llegara un tango para salvar la historia. Que de vez en cuando apetece tener un final feliz.

Wara, tus cuentos son enormemente adictivos. Venir al Solsticio a leerte siempre es una fiesta para mí.

Wara dijo...

Para mí es una alegría inmensa saber que estáis ahí y que venís a leerme y, mucho más si os gusta lo que encontráis.

Un beso, Neke.

Calle Quimera dijo...

Qué poco trabajo cuesta decir esas dos palabras, tan solo dos, "Te quiero", y qué poco se pronuncian, en general,cuando se llevan años de convivencia... "Se da por sobreentendido", piensa él. "Necesito oírlo", piensa ella... A veces, aunque pocas, habría que cambiar ese "él" por ese "ella", pero sucede tantas veces... Y esas dos palabras bastarían en tantas ocasiones para salvar una pareja...

Besos, Wara, y de nuevo felicitarte por el relato. Lo del tango ha sido un detallazo... ;-)

Wara dijo...

Aunque hoy le ha tocado "quejarse" a mi parte femenina, por supuesto que esa situación del pedirse amor, del no sentirse amado o sentirse un poco olvidado o postergado se plantea en ambos miembros de la pareja. Ojalá todo se solucionara dándose cuenta de que todavía existe amor, que está ahí un poquito dormido, y bailar para celebrarlo.

Un abrazo, Quimera, muchas gracias.

Anónimo dijo...

La mayor parte del tiempo, eso: la incomunicación. Yo pensaba que sabía hablar sin palabras. Yo pensaba que sabía expresarme con el cuerpo. Pero no sabes, amor. ¿Y tú cómo lo haces? A mí me sale. Yo quiero que me salga. También puedes hablarme con palabras. Porque hablar con palabras da miedo, pero es mejor el miedo que la duda o la nada. ¿No? Yo creo que un 80% de las parejas no conocen con quien duermen.
Un abrazo, Wara.

Wara dijo...

Además de desconocernos temo que tenemos como una tendencia especial para el malentendido, y hasta al más sinecero "te quiero" podemos buscarle otro sentido. Pero es mejor la certeza que la duda.

Besos, Fusa.