lunes, 19 de octubre de 2009

Cosa de hombres (La Ausencia, a tres voces)

Esta mañana, a la vuelta de la ducha, el padre ha seguido pasillo adelante y ha ido a encender la luz en una habitación ahora vacía; allí ha permanecido de pie, mucho rato, con la mirada perdida, reconstruyendo lo que ya sólo el recuerdo permite, acaso preguntándose cómo fue posible que aquella otra mañana, tan temprano como hoy mismo, mirara dormir a su hijo sin percibir que su sueño era distinto.

Esta mañana, el abuelo estrena zapatos. Les da el visto bueno, son cómodos. Por eso, cuando asiente y sonríe, nadie le dice. Si supiera que antes que él los ha calzado su nieto, olvidaría toda noción aprendida, el instintivo acto de caminar; caería al suelo, vencido, cual atravesado por una lanza de hierro maldito.

Esta mañana, el hermano vuelve a fingir la valentía que no siente; viste la coraza que encubre su dolor, sus miedos, aquello todo que tanto le duele aunque sus manos avancen a ciegas, abiertas…

Y así, doblegados por La Ausencia, tratando de hacerle un hueco en sus vidas, van pasando los días. Algunos son tan tranquilos que incluso halla un resquicio la risa, otros son turbulentos, conformados a base de una rabia infinita, y la misma pesadilla.

Daniel Bathaver - "Ocaso"

11 comentarios:

Apple dijo...

Bueno, solo paso a decir.. que me encantan tus cuentos, la manera en que redactas... es increible, leerte...
Llevo tiempo siguiendote... y no te comento.. porque hay veces que no se que comentar "siento que no podria decir algo coherente a tanta maravilla"...
pero esta vez.. paso a "darte un alago"

:)

Wara dijo...

Cierto que a veces las palabras son difíciles, o al menos nos lo parecen, pero no debes preocuparte por eso de decir algo o no coherente, porque pienso que cuando se dicen sinceramente, siempre se entienden. Gracias por estas de hoy, y porque te guste leerme.

Un abrazo, Apple.

Malena dijo...

Mi querida Wara: La soledad íntima y el dolor cada persona los expresa o los oculta de una manera diferente sin por eso ser mayor el del uno que el del otro.

Te abrazo fuerte, muy fuerte.

Malena

núria dijo...

Quisiera pensar que es un cuento.
Saber de quien escribe, es bueno o es malo?

Wara dijo...

Malena, hay gente que compara los niveles de dolor, que te dicen un "no puedes comparar conmigo o con..." y pienso que te están demostrando sencillamente que no saben de qué hablan, porque lo que es cierto es la cantidad de personas que sufren día a día sin demostrarlo ni con gestos ni palabras.

Nùria, digamos que es un cuento real, que ponerle palabras es una forma de buscar una especie de conciliación entre lo real y lo que sentimos imposible.

Un abrazo a las dos.

Arcángel Mirón dijo...

Los mundos internos están llenos de laberintos. Es imposible conocer al otro en su totalidad.

Un abrazo, Wara.

Wara dijo...

Y en cierto modo es bueno no conocernos del todo, que así preservamos un poco nuestra intimidad, nuestra libertad, ¿no?, que nos es tan necesario.

Un abrazo, Gilda, feliz semana.

Calle Quimera dijo...

Nunca vuelve a ser nada igual después de una ausencia. La vida sigue, claro, y uno intenta controlar el dolor como puede a fin de continuar el camino, incluso se termina por aceptar la pérdida, volver a sonreír, y hasta a ser feliz. Pero siempre queda ese hueco...

Besos.

Wara dijo...

Por fortuna y sin que podamos explicárnoslo realmente, tenemos una maravillosa capacidad para reponernos. Y en la mayoría de las ocasiones, el tiempo se encarga él solo de hacerlo.

Un fuerte abrazo, Quimera.

Malena dijo...

¿Estás bien, Wara? Echo en falta leerte.

Mil besos y mil rosas.

Wara dijo...

Querida Malena, muchas gracias por tu interés. Digamos que he tenido un pequeño tropezón de tipo motivacional, del que me parece ya me voy reponiendo.

Muchas gracias otra vez. Mil besos y rosas también para ti.