martes, 22 de diciembre de 2009

Porque me mira con sus ojos


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Vendría a visitarla, como cada tarde. La adoraba. Le traería flores, hojas secas que encontraba en el parque, muestras de un otoño que este último año se adelantaba pretendiendo ganarles la batalla; libros e historias maravillosas en las que soñarse eternamente reales, música sublime compuesta con dolor o acaso rabia, compromiso y constancia… Vendría a visitarla y se quedaría con ella hasta altas horas de la madrugada. Si sirviera de algo, a la noche le robaría una estrella, le arrancaría la eternidad si la redimiese con ello de esta sentencia implacable.

No ignora que se muere, que su luz se apaga. Hoy, tal vez mañana. Y, sin embargo, adivinar sus pasos en el corredor, acercándose, bastan para que el mundo se detenga y ella, aunque agotadas las fuerzas, avance hasta echarse en sus brazos. Sonríe a la enfermera, le ruega que retire aquel estuche mágico que hace posible el cambio: maquillaje, lápiz de labios, un rubor con el que simular unas mejillas saludables, también el perfume caro. Un último retoque al peinado y, girando el espejo, la enferma es Alicia al otro lado.

—¡Soy tan feliz! —exclama, la respiración entrecortada. Y observa cómo la enfermera innecesariamente se acicala, como si también ella aguardara…

—¿Cuál es el secreto? —pregunta la enfermera, de verdad intrigada. No acaba de entender dónde encuentra fortaleza esta mujer enamorada.

—No hay secreto alguno. Soy feliz y afortunada porque, cuando se abra esa puerta y nos mire, sus ojos dirán otra vez cuánto me ama.



Lillian Westcott Hale
"The convalescent", 1906

12 comentarios:

Calle Quimera dijo...

La historia es muy conmovedora, Wara... El amor no es ningún secreto, lleva razón la enferma; el secreto quizás sea cómo mantenerlo tan vivo como el que se profesa esta pareja.

Feliz navidad, guapa, que la alegría y la paz no se aparten de tu lado ni del de los tuyos.

Muchos besos.

Wara dijo...

Un amor incondicional, por ejemplo, no es que sea el secreto de la felicidad, es un tesoro, y por eso es esencial conservarlo.

Felices fiestas y mis deseos de felicidad para cada día, Quimera.

Besos.

Miguelo dijo...

pues si eres feliz lo tienes todo

Wara dijo...

Lo cierto es que ya no deberíamos tener nada más qué pedir, pero siempre nos las apañamos para encontrar algo que anhelamos y nos falta...

Gracias por la visita, Miguelo.

núria dijo...

¡Recién pillé porqué el solsticio de inwierno es tan importante para usted!

¡Feliz año nuevo querida Wara!

Que los desasosiegos nos sean leves

Wara dijo...

Sí que es importante, sí.

Feliz año nuevo para ti también, Núria. Comparto ese deseo de desasosiegos breves... y añadiría el de dichas largas. Así, como para equilibrar.

Un fuerte abrazo, Núria.

Druida de noche dijo...

El amor es como la muerte. Dura lo que dura una vida...

besos y felicidades
Druida

Wara dijo...

De alguna forma es sinónimo de eternidad.

Un abrazo, Druida. Mis deseos de felicidad también para ti.

Calle Quimera dijo...

Feliz 2010, Wara, que todos y cada uno de sus días te traigan al menos un motivo para sonreír.

Muchos besos.

Wara dijo...

Igualmente para vosotros, Avalon y Etinacardia, mi más cercana Quimera. Muchísimas gracias.

Besos.

Elsa dijo...

Feliz y venturoso año 2010. Gracias por tus palabras en mi rincón.

Hermosísimo relato.

Un fuerte abrazo.

Wara dijo...

Gracias a ti, Elsa; lo mismo te deseo para el nuevo año.

Besos y hasta pronto.