lunes, 7 de diciembre de 2009

Alectrión, el nacimiento del día

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Cuentan los viejos pergaminos cómo, después de haberse citado con Afrodita, el belicoso Ares encargó a su confidente Alectrión que custodiara las puertas del palacio de la más bella entre las diosas para no ser sorprendidos por la llegada del Sol. Ocurrió, sin embargo, que Helios burló al joven vigilante presentándose oculto tras una nube y fue así que pudo sorprender a los amantes en el momento de la traición; denunciado el hecho ante el esposo de Afrodita, el lisiado Hefesto, éste tejió una fina red de plata con la que envolvió a los amantes y los expuso a la vista del Olimpo para su vergüenza y escarnio.

Pasado un tiempo, olvidada la burla y la humillación, olvidado acaso su amor por Afrodita, quizá recluida todavía en alguno de sus templos en la isla de Chipre, lo que Ares no olvidó fue su venganza. Buscó a quien fuera su fiel confidente y transformó a Alectrión en gallo, condenándolo por toda la eternidad a cumplir con el ritual de anunciar cada mañana la llegada del sol.

De esta historia se derivan ciertas cuestiones, pero dejando de lado las que se refieren a la traición urdida por los amantes, al engaño, quién fue burlador y quién burlado, qué justo castigo merecieron los dioses implicados si merecieron alguno, cómo los dioses celebraban la caída en desgracia de sus hermanos, yo me planteo un único aspecto, el que considero más importante:

¿Fue realmente castigado Alectrión o, por el contrario, resultó honrado?

Porque, ¿acaso no es un privilegio anunciar la salida del Sol, el advenimiento de la luz, su dominio sobre las tinieblas, la rendición del oscuro e incierto reino de la noche que acepta doblegarse ante la diafanidad de una mañana devenida esperanza?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ohhhh... que leyenda más bonita no?? Me ha encantado Wara... Yo creo que fue más bien favorecido... Pocas cosas más hermosas pueden haber después de la salida del SOL :D

Un besazo!

Malena dijo...

Mi querida Wara: Para mí no fue un castigo pues el honor de avisar al mundo que desaparecen las tinieblas y nace un nuevo día cargado de esperanza es algo maravilloso.

Mil besos y mil rosas.

Wara dijo...

Buenas noches, India, Malena. Yo, que soy una noctámbula incurable, a estas alturas qué voy a quererme curar ya, pues también pienso que Alectrión recibió un grandísimo honor. Por más que nos agrade la noche, en algún momento precisamos que haya luz, ¿verdad?

Besos a las dos, gracias.