¿Recuerdas cuánto nos gustaba hablar, que peleábamos por hacernos un hueco e incluso temíamos rompernos los dedos, todos los huesos? Hagamos un trato, dijiste. Tú dibujarías en el aire las palabras, los sentimientos. Al anochecer, en la oscuridad, yo escribiría en tu cuerpo. Trazaría letras en tu espalda como si compusiera un verso, como si leyera para ti un poema de Cernuda, Borges o Benedetti, palabras-estrellas que no toqué allá en tu cielo y que tú me enseñas con la infinita paciencia de quien ignora las prisas, de quien, eligiendo la vida, hace de ella un viaje con destino incierto.
Desde entonces, cada vez que tus manos se abren al sonido de la risa, el llanto, la tristeza o la alegría y derrochan su magia envolviendo las mías, se me corta el aliento y sólo alcanzo a mirarte en silencio, muda la voz, detenido el tiempo. Esas manos que escribieron para que todos lo supieran un sincero te quiero, un te quiero que vuela ya en el viento junto a mi respuesta. Es cuando tus manos se lanzan así a volar que comprendo con cuánta facilidad alcanzas el cielo… y no tengo miedo; te sigo, no me pierdo. Lejos de ti es cuando descubro el vértigo.
A veces nos mira la gente en la calle con gesto indiscreto. No te molesta; te divierte su curiosidad, te divierte poder dialogar ante ellos de nuestros secretos, seguro de que muy pocos alcanzarán a entendernos. Los niños, sí, nos miran y en seguida advierten esa forma en que has elegido quererme… ¡Qué pronto nos comprenden! Sin abusar de palabras o gestos superfluos, qué natural es para ellos comunicarse incluso en silencio.
Yo también al fin lo comprendo: decirte amor con las manos es un privilegio.
20 comentarios:
¡Qué bonitos esos silencios que dicen todo a quienes callan las palabras!
Siempre he pensado que el amor llega por el tacto.
De nuevo tus palabras tienen el don de cautivar.
Besucos.
¿Verdad que sí, Anjanuca, porque además a veces las palabras por querer decir tanto estropean lo que hablan? Jaja, un buen ejemplo soy yo ahora mismo, que hasta me he liado por no callar.
Besos.
Mi querida Wara: ¡Hay tanto amor en este escrito! Es una preciosidad, te felicito no solo por el escrito, sino por tus sentimientos.
Mil besos y mil rosas.
Que bueno, muy bueno... me ha gustado mucho.
besos con manos diciendo cosas
druida
Gracias, Malena, es que yo soy de las que se les queda mirando, curiosa y de verdad admirada...
Druida, gracias también, que además te he tocado las manos pues recién abría el correo cuando me anunció tu mensaje.
Besos a ambos y preciosos sueños.
Bellísima prosa que a la vez es pura poesía, Wara.
Sería maravilloso poder alcanzar esa comunicación no verbal cuando las palabras son insuficientes para transmitir lo que deseamos.
¡Un saludo!
Hola, Andrómeda, leyéndote he recordado aquel tema, "los sonidos del silencio", y las veces en que me paraba a escuchar qué decía el silencio... ¡Y cuánto dice!
Un abrazo.
Gracias por tu cariñoso comentario. Es muy cálido sentirse arropada.
Mil besos y mil rosas.
Sí que lo es; gracias a ti también, Malena.
Besos.
Yo he hecho eso, escribir en los cuerpos.
Tu texto conserva la musicalidad hasta el final. Es un poema en prosa, desnudo.
Besos.
Y seguro que conservas un agradable recuerdo.
Besos, Angel, muchas gracias.
La mezcla de las palabras con tus letras deleitan al lector
¡Pero qué cosas me dices...! Gracias, Recomenzar, es un placer.
Maravilloso fragmento...¡¡
me recordo a las protagonistas de el abanico de seda...que tambien se escribian en la piel...ala luz de la luna....
precioso...¡¡¡¡
un abrazo
Gracias, Fire. Me gusta tu asociación... Un abrazo para ti.
Confío en que en unos cuantos días podré volver a mi querida rutina pues echo de menos leeros, visitaros... Quiero decir que no os olvido.
Un abrazo.
Wara, qué texto tan maravilloso. Me ha emocionado muchísimo. Y es difícil, a estas alturas, después de tantos poetas, tantos cantantes, tantos cualquieras hablando de amor, haciendo una declaración hermosa como la que tú has escrito, es difícil que algo emocione como inédito. Y lo has conseguido. Me ha gustado muchísimo, de veras. Tan sencillo, tan profundo. Qué hondo ese final.
Un abrazo.
Me alegra que te haya gustado, Fusa. El texto, que surgió a raiz de una especie de ejercicio en el que había que escribir sobre las manos, tiene ya algún tiempo, de hecho lo reencontré al revolver entre los archivos de mi Pc.
Muchos besos, Fusa.
Mi querida Wara: Me dijiste que cuando yo volviera, intentarías estar aquí para recibirme. Yo ya he llegado, ahora te toca a tí. Espero que todo vaya yendo bien.
Mil besos y mil rosas para tí y para ella.
Qué casualidad, querida Malena, estoy, estoy, pues esta misma tarde hemos vuelto a casa y bueno, dejaremos que el tiempo vaya haciendo bien su trabajo. Confío en que a partir de mañana podré volver a pasearme por estos paisajes amigos que tanto me gustan y tanto he extrañado estos larguísimos días.
Besos y un fuerte abrazo.
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