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De un día para otro,
cual un secreto que de pronto estalla,
la vida se le reveló en la cara:
la edad,
los sucesivos días, todos iguales,
cada herida recibida, todo daño,
el intenso dolor que anula el recuerdo atesorado
de cuanto le fue grato.
De un día para otro
la vida se le reveló en la cara,
y ya nunca jamás pudo ocultarla.
De un día para otro,
cual un secreto que de pronto estalla,
la vida se le reveló en la cara:
la edad,
los sucesivos días, todos iguales,
cada herida recibida, todo daño,
el intenso dolor que anula el recuerdo atesorado
de cuanto le fue grato.
De un día para otro
la vida se le reveló en la cara,
y ya nunca jamás pudo ocultarla.
9 comentarios:
Me ha emocionado ese cuento. Me ha recordado su cara.
Gracias.
Mi querida Wara: Las madres tienen, tenemos, un bolso muy grande donde se van almacenando las tristezas y las preocupaciones, y una sonrisa perenne para que nadie pueda adivinar nada, pero así y todo, llega un momento en la vida en que el bolso se rompe y cada preocupación almacenada se convierte en una arruga.Y es que la vida pasa factura.ESo sí, la sonrisa sigue en su lugar, quizá un poco más atenuada.
Es un gran escrito, Wara.
Mil besos y mil rosas.
Núria, me alegro de haber provocado ese recuerdo, que adivino grato. Gracias a ti, besos.
Malena, tienes mucha razón. Mi madre, que ha pasado por un sinfín de cosas más o menos difíciles, solía decir que nada le quitaría el humor, salvo la muerte, y todo lo ha ocultado bajo una capa de envidiable ánimo que, de pronto, comienza a resquebrajarse. Es la vida.
Besos a las dos, feliz fin de semana.
¿Cómo hacéis vosotras, las madres, para dar tantísimo amor y que no se os agote nunca? Yo no sé si sois conscientes de lo importantes que sois para nosotros, los hijos.
Gracias Wara, tus escritos son una caja de emociones.
Pues quizá te has respondido tú misma, Anjanuca; pienso que a ninguna madre se le escapa la importancia que como tal representa en la vida de sus hijos, y sabe que tantas cosas dependen de ella que busca fuerzas donde parece a veces no haberlas.
Besos.
El tiempo se desplaza de una linea de la cara a otra. Hay surcos porque hay vida... El tema siempre es el mismo: la vida deja surcos en el rostro, ¿puede uno dejar surcos en rostro de la vida?...
Es una pregunta interesante que admite muchos matices, muchas posibilidades, pero en resumen creo que hay personas que sí dejan un surco, su impronta en la vida, en cuanto sus actos nos afectan al resto de la humanidad.
Un abrazo, Druida, buenas noches.
¿Por qué cada vez más me quedo sin palabras?
Tal vez sea entonces cuando el rostro empieza a decir lo que callamos de otra manera. Cuando las palabras de mi madre empezaron a hacerse confusas, cuando falló su manera de expresarse hablando, su rostro cambió. Pero no sé si para mal, tiene ahora una luz en la piel, un resplandor que no había antes. Sin duda, el reflejo de su hermoso corazón, que se resiste a permanecer en silencio.
Hermosísimo poema, Wara. Tú también reluces, seguro.
Ilona, qué alegría leerte. ¿Sabes? Mi madre y yo estábamos cenando las dos solas hace un par de semanas y fue como si de pronto la viera después de muchísimo tiempo y me diera cuenta de los cambios que se han producido en ella. Como dices de tu madre, pienso que la mía también va encontrando formas de expresión alternativas al habla, al dolor. Y es bueno que no callen.
Gracias por tus palabras, un fuerte abrazo.
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