—Veo-veo.
—¿Qué ves?
—Veo-veo… niebla, lluvia y vientos varios, espinos, silvas y zarzas, senderos entreverados, huellas borrosas de tenues pasos…
—¡Oh…! ¿El camino secreto a un castillo encantado en lo profundo del bosque…?
—Ojalá fuera eso lo que miro.
—Mirar y ver no es lo mismo. ¿Qué ves, pues? Dime.
—Veo alzarse una muralla que me aleja de un amigo muy querido...
6 comentarios:
Un amigo nunca está lejos, Wara. No hay muralla tan alta, ni distancias tan lejanas que te le puedan sacar del corazón.
Besucos.
Pienso que tienes razón, Anjanuca, pero a veces basta un simple malentendido para cimentar esa muralla... y los caminos se entremezclan y se terminan por perder.
Feliz fin de semana. Besos.
Hola bonita :-). Te me has perdido por los amplios valles de la "internete", jijiji. Estoy con Anjanuca en que nunca se ha construído un muro lo suficientemente ancho ni alto como para separar a los amigos. Es más, si un malentendido cimenta una muralla en medio de una amistad, entonces es que no era una verdadera amistad. Ciertamente las amistades sinceras siguen caminos inciertos que a veces pueden confundirnos, pero nunca dejan de estar a nuestro lado, ni de querernos ni de apreciarnos ni de respetarnos, valores como los que tengo hacia tí, mi querida amiga Wara :-). Cuídate.
Un fuerte abrazo y besines.
Maverick
...
Ayer, pensando todavía en el comentario de Anjanuca, fíjate que llegué a esa conclusión de la no amistad de verdad, de que existen personas que simplemente se te acercan y de alguna forma te confunden.
Un abrazo, Maverick, cuánto me alegro de verte-leerte.
El tiempo Wara, como siempre, lo pone todo en su sitio. Las amistades, los malentendidos, todo muestra su verdadera cara después de un tiempo. En estos casos, la paciencia es un arte.
El tiempo todo lo cura, dicen. Y parece que es verdad, borra heridas, seca lágrimas, restablece el ánimo... Y la paciencia, bueno, viene a ser como su auxiliar de enfermería (lo digo un poco en broma pero con mucho de verdad).
Un abrazo, Neke.
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