—¿Qué ves?
—Veo-veo… ¡un lugar del que puedo salir para volver a entrar!
—¿Las puertas de tu hogar?
—No, no, veo el sueño y su despertar.
—¿Y si un día no despiertas?
—Cuando alguien hace trampa, el juego siempre acaba mal.
Edward Burne-Jones
The last sleep of Arthur in Avalon
(El último sueño de Arturo en Avalon)
9 comentarios:
Pues entonces es que estamos en manos de un dios tramposo.
Saludos.
Me gusto, mucho me gusto y me pareció que el post tiene gusto a revancha, reclamo y venganza...
es asi?
besos
Llamemosle vida o destino, hay dioses tramposos, Gabriel, que me incitan a gritar y a reclamar, Druida. A vengarme, no, que no está en mis manos.
Un abrazo a los dos, gracias. Feliz semana.
Me encanta este juego, Wara. Me imagino a una niña saltando por las piedras de un río, valiente, atrevida, y un niño detrás, intentando seguirla, manteniendo este diálogo. Y, tras la última respuesta, la niña se tira al agua y él no sabe qué decir, ahí, encima de una piedra pequeñísima.
Un beso.
Como dos pequeños seres llenos de magia, Fusa, corriendo junto a un arroyo de esos tan hermosos que sólo se sueñan...
Muchos besos.
Me gustaría saber más de ese juego, Wara, quiero llegar a comprenderlo más pero no puedo y creo que hay unas reglas que sería interesante para mí descubrirlas.
¿Sería posible? Gracias.
Besos y rosas.
El veo-veo es un juego infantil que pienso todos hemos jugado alguna vez. Alguien dice "veo-veo" y añade una pista, un color, una forma, la letra inicial... y bueno, hay que intentar adivinar el objeto. Es así de simple.
Mi versión no es un juego realmente; yo hablo del dormir y el despertar, un ciclo que se repite de forma natural. Digo que se hace trampa si ese ciclo se interrumpe cuando no debe... por ejemplo, demasiado prornto, y aquí ya me refiero al vivir y al morir.
No sé si te he aclarado algo o, por el contrario, lo he complicado más. Muchos besos, Malena.
Gracias por tu explicación, Wara. Ahora todo queda aclarado completamente y realmente es verdad que a veces desgraciadamente se hace trampa.
Mil besos y mil rosas.
Gracias a ti, Malena. Besos.
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